Una tarde de domingo de invierno , de esos que en Málaga la humedad te cala los huesos ,mi madre se metió en la cocina y decidió preparar unas croquetas. Nosotros estabamos en el salón viendo una peli y mi padre , trabajando ( como está mandado ). Preparó todos los ingredientes y se dispuso a hacer sus famosas croquetas, esas que le preparaba a su señora Dña. Pilar en Madrid cuando tenía invitados ilustres, y siempre salía airosa, de casualidad SEGURO. Como hacía mucho frío , mientras cocinaba, intentaba calentarse con el fuego , pero eso no era bastante , así es que mi madre, la abuela Pepi, que había leído en su libro de remedios caseros , no el de Xtumari , otro , que el coñac era bueno para entrar en calor, cada vez que le daba una vuelta a la bechamel se echaba un traguito .... Traguito, vuelta, traguito, vuelta y así .....la tarde entera, porque a mi madre la bechamel no le gusta clarita , le gusta la bec...
y las cosas de su familia.