EL COCHE DE PAPA |
¡ Nosotros lo teníamos chupao ¡
Mi padre abría el maletero y mi madre hacía una cadena humana con nosotros OCHO. Entre los dos nos organizaban perfectamente, iban sacando los bultos y de mano en mano llegaban a la arena ....
Primero salían las sardinas, después la mesa y las sillas plegables, las cestas con la comida, la nevera con las bebidas , el bolso con las toallas, la chivata con los juguetitos y los flotadores, el pan, bien cocidito , que después del paseo, desde que saliamos del la calle Tiro hasta que llegabamos al Rincón de la Victoria, si no se había hecho bien....tiempo había tenido, la sandía , la bolsa con los cubiertos y el mantel, y cuando ya estaba todo ...salía " Rafael Farina " con su SALAMANCA TIERRA MIA.... metido en el radiocasette del armario de 2x2, mi padre.
Ya estabamos listos para montar el toldo , ese fantástico toldo que mi tío Pacoli cada año hacía para uso y disfrute de todos los miembros de su familia.
Sacarlo de su bolso era fácil, el montaje no tanto....y es que todos queríamos tirar de alguna esquinita, y claro lo que parecía un " tira y monta " se convertía en un" siéntate y mira " que no tienes ni idea.
Los mayores se ponían tensos y yo pensaba.... pero si lo montamos cada Domingo, ni que fuera un kit de muebles con instrucciones en chino.
Después de un rato de tira, dobla, saca.....de ese lado no, por fin, mi tío Manolo, hermano de mi padre y el más listo de todos , usaba el sentido común , en nuestro caso , el menos común de los sentidos , y montaba la jaima en un pis-pas.
Mi tío Pepe, el marido de mi tia Ani, era el encargado de la barbacoa.
Las mujeres se encargaban de montar las mesas, las sillas , la comida , las cestitas, unas MIL, y de la abuela Ana. Que ella no se bañaba y no podía tomar el sol , así es que era fundamental que estuviese a gusto para aguantarnos a todos y todo el día.
Los niños nos dedicabamos a esconder los melones y las sandías en la orilla y a no perderlas de vista. Para eso mi tío Juani, el marido de mi tia Mari, nos daba unos palitos que poniamos a modo de cruces encima ,para no perderle el rastro a lo que con tanto entusiasmo enterrabamos. Si la marea los destapaba lo volvíamos a enterrar.
Mi padre se encargaba de que no nos faltase la música , para eso iba y venía al bar que había al lado , que allí vendían pilas y de las GORDAS ...gordas ,como el puntito que cogía de tanto ir y venir a la taberna y tragar y tragar .....que luego había que dormir la siesta a gustito.
Mi madre, que tampoco se bañaba , vigilaba a mi padre y a nosotros desde el toldo. Nos llamaba de vez en cuando para ponernos un poquito de crema, para ponernos la camiseta, para que comieramos algo, para que bebieramos , para que guardaramos la digestión ( 2 horas ) ....y como eramos tantos al final acababa rendida y AFÓNICA.
¡ Que recuerdos ¡ ¿ Verdad mamá ?..
Te quiero ......UN MONTON.
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